HIMNOS CUMBIANCHEROS. Una mirada a la cumbia como expresión identitaria.

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Recién pasadas las fiestas patrias chilenas, queremos invitar a nuestros lectores a una reflexión en torno al rol que juega la cumbia en la construcción de nuestra identidad nacional, con el afán de reivindicar su capacidad para generar sentimientos de adherencia en viejas y nuevas generaciones. Podemos observar ya hace varios años en fondas y ramadas a chilenos de todos los sectores sociales, colores políticos y gustos musicales, bailando al estilo “tieso pero cumbianchero”, colonizando así la cumbia espacios que tradicionalmente habían sido ocupados por la ranchera y la cueca.

Fuimos testigos de las quejas de fonderos y vecinos de Ñuñoa ante la prohibición del alcalde Sabat –mediante ordenanza municipal–de tocar cumbias en las fondas de dicha comuna, negando la importancia que ha tenido este género musical dentro de nuestras tradiciones: en Chile celebramos en ritmo de cumbia y entonamos las letras de los que ya podemos llamar nuestros himnos cumbiancheros como expresión de festejo patrio, ya que a través de ellos generamos sentimientos ampliados de pertenencia a la comunidad.

Sonora de Tommy Rey en la Fonda Permanente. Septiembre de 2010. Archivo Tiesos pero Cumbiancheros

Más allá de sus diversas sonoridades, instrumentaciones, textos y puestas en escena, el repertorio cumbianchero popularizado por las sonoras desde los años sesenta, ha logrado instalarse en el imaginario nacional, trascendiendo distintos sectores sociales, gustos musicales, fronteras geográficas, barreras mediáticas, e incluso prejuicios sobre su simplicidad. La transversalización de la cumbia chilena ha sido posible, en gran parte, gracias a su simpleza rítmica, evocando a la vez alegría y movimiento corporal, en contextos festivos y cotidianos de nuestra vida social. Muchos de los himnos nacionales, locales y festivos del cotidiano chileno suenan en ritmo de cumbia.

Para comprender cómo una canción puede convertirse en un himno, es necesaria una breve mirada a la historia del surgimiento del Estado Nación como modelo legítimo de organización social. La superación de regímenes monárquicos, feudales, esclavistas y comunitarios, se erigió tras el mito de la igualdad ciudadana, encontrando sus primeros dilemas en la pregunta ¿cómo generar sentimientos de pertenencia y reconocimiento entre pares distantes, desconocidos entre sí?

Grupo Albacora en Los Pilares de Margaret, Coquimbo 2011. Archivo: Tiesos pero cumbiancheros

En América Latina, los procesos de construcción de un género musical correspondiente a una identidad nacional implicó la exclusión de los rasgos indígenas y afroamericanos, y una búsqueda de un género musical que diera cuenta de los ideales eurocentristas de las clases dominantes (Ochoa y Gragnolini, 2002). Lo nacional se volcó entonces a la cuestión de la unificación, hegemonizando o negando culturas, y generando emblemas capaces de exaltar el orgullo patrio; los himnos permearon la ritualidad oficial de la vida civil y militar, sin embargo, su parca formalidad así como la herencia de sentimientos anti-nacionalista –que nacen como forma de rechazo a las dictaduras militares de la región, que exaltaban símbolos patrios para afirmar su posición política– ha  evitado el desborde de su uso desde lo oficial hacia la cotidianeidad social, salvo en excepciones.

Pero a esta identificación forzada desde la oficialidad, se contrapone la capacidad que tiene la música popular para generar sentimientos de pertenencia (Simon Frith, 2001), los cuales son expresión de lazos comunitarios nacionales. En Chile, la cumbia ha logrado instaurar himnos, entendidos como textos narrativos que evocan sentimientos de alegría y celebración y que generan un sentido de pertenencia, unidad e identificación dentro de un colectivo social, en este caso, de carácter nacional, representando nuestra chilenidad, con todas las contradicciones y ambivalencias que esto acarrea. En otras palabras, la cumbia da cuenta de otra dimensión del himno, como una música popular que deviene en expresión de identidad.

A continuación, les presentamos algunos ejemplos de las canciones que después de años de hacernos bailar a los chilenos, poco a poco se han establecido como himnos cumbiancheros.

a) «Un año más«

“Un año más” es sin duda alguna una de las canciones más transversales del repertorio cumbianchero nacional y un elemento de identificación popular, infaltable en celebraciones de cumpleaños y conmemoraciones de fin de año; himno emblemático que se resignifica en cada fiesta donde es alegremente bailado y cantado. Escrita en 1977 por Hernán Gallardo Pavez como una balada, su primera versión cumbianchera fue grabada en 1978 por Los Vikings 5.

Hernán Gallardo Pavez el Casiño de Peñuelas en los ’90. Archivo: Hernán Gallardo

Posteriormente fue la Sonora Palacios quien le hiciera su característica introducción de trompetas, versión finalmente apropiada por La Sonora de Tommy Rey, responsable de su popularización por todo el territorio nacional. El siguiente video de una entrevista que realizamos a Leo Soto, percusionista de la Sonora de Tommy Rey, da cuenta de la relevancia y popularidad de esta canción:

 

 

Leo Soto habla sobre «Un año más». from Tiesospero cumbiancheros on Vimeo.

 

Esta canción, como gran parte del repertorio cumbianchero chileno, es de origen extranjero, y además nace en ritmo de candombe, como lo acusa su nombre original: “Candombe para José”. Fue escrita por el argentino “Chato” Ternavasio (Roberto Ternán) y grabada por primera vez por Los Tucu Tucu, popularizándose en el norte argentino para ser conocida en los años setentas por el grupo chileno Illapu, quien graba en 1976 su propia versión como una especie de candombe andino,  contribuyendo a popularizar esta canción en Chile. En 1976, Los Viking’s 5 graban su primera versión en cumbia con gran éxito y en 1978, la Sonora Palacios graba una segunda versión, donde mantiene los arreglos de los viking’s pero con la  instrumentación propia de las sonoras. con lo cual alcanza una masiva proyección nacional con un nuevo uso y sentido: el baile y la fiesta.

Esta canción se ha constituido en diferentes contextos sociales como un verdadero himno. Acá destacamos las siguientes:

Durante la dictadura militar de Pinochet se convirtió en un himno al interior de los centros de detención y tortura cuando los presos políticos la entonaban a la llegada un nuevo detenido, cuando alguno salía en libertad o bien para apoyar a algún compañero mientras era torturado, cambiando la letra original por “Ánimo negro José”. (Chornik, 2005)

En segundo lugar, ha sido recuperada por las  hinchadas de los equipos de fútbol nacionales incorporándola dentro de su repertorio de canciones de para alentar a sus clubes, adaptando su texto poético a la pasión por su equipo, como se puede apreciar en el siguiente video.

Así,  el “Negro José” se ha convertido en símbolo de identificación  en múltiples contextos sociales, permeando nuestra vida cotidiana tanto en las horas amargas como en los momentos de festejo y jolgorio.

c) De Coquimbo soy

A pesar de que oficialmente no es el himno de Coquimbo, “De Coquimbo soy” es sin duda, una de las cumbias más conocidas en la capital del norte chico, apropiada transversalmente, generando un  sentimiento de unidad y pertenencia. Sin embargo, esta canción es una adaptación de la popular «Canto a Colombia» compuesta por Nelson Navarro para Banana 5 (de su disco homónimo de 1973, Polydor) a la vez que alude a sonoridades afrocubanas como el guaguancó. Esta versión adaptada a lo local, fue popularizara en Coquimbo por los Viking’s 5, quienes cambiaron la letra para que le hiciera un mayor sentido a su público fiel. Su relevancia social radica en que reivindica cumbiancheramente la identidad localista de la ciudad de Coquimbo. Basta recurrir a su estribillo para ver sus múltiples referencias:

 

De Coquimbo soy

Y vengo cantando

Este guaguancó

Con sabor cubano.

 

La popularidad de “De Coquimbo soy” lleva a que sea interpretada en todo tipo de espacios en la capital regional, ya sea en fiestas privadas, eventos públicos o incluso en el mercado, como puede observarse en el siguiente video donde el público coquimbano baila al ritmo de Los Vikigns 5:

Con esto, queremos dar cuenta de la gran relevancia social de la cumbia en Chile, tanto por su capacidad de aglutinar identidades en torno a una misma musicalidad (en cuanto a su repertorio y forma tiesa de bailarlo), como por las representaciones y significaciones que esta música es capaz de generar en las identidades, ya sean nacionales, como en el caso de “Un año más”, regionales como en “De Coquimbo soy” e incluso de grupos más pequeños como ocurre en el caso del “El Negro José” dentro de las hinchadas de fútbol.

Esta capacidad de evocar sentimientos de pertenencia dentro de un colectivo social tan heterogéneo es lo que le otorga a sus canciones emblemáticas, finalmente, su carácter de himnos, compartidos y gozados por el conjunto de la sociedad.

¡Abrimos la invitación a tiesos y cumbiancheros para aportar con otras cumbias que pueden ser consideradas como himnos cumbiancheros!

Bibliografía

• Frith, Simon. 2001 ­­(1987). “Hacia una estética de la música popular.” En Francisco Cruces (ed.), Las culturas musicales, Madrid: Trotta, pp. 345-413.

• Ochoa y Gragnolini (coord.). 2002. Músicas en transición. Bogotá: Cuadernos de la Nación, Ministerio de Cultura.